¿Queréis darle un toque fresco y actual a vuestra marca para impactar a los consumidores de cara al verano? Seguramente una sesión de fotos en la que predominen los colores y materiales naturales así como los objetos vintage resulte infalible. Pero tal vez queráis ir un poco más allá. ¿Cómo conseguir aportar ese punto veraniego que tanto alegra a los consumidores sin caer en tópicos y clichés? Os ayudamos.

  • Colores vivos… sí, pero sin excederse. Para lograr un ambiente alegre y estival, nada mejor que los recurridos tonos naranjas, amarillos, rojos, rosas o azules, combinados, eso sí, con algunos más neutros.
  • H2O, la fórmula infalible. Motivos como el agua o el hielo siempre consiguen crear una sensación de frescor veraniego. Los helados, por supuesto, también funcionan. Aunque, ya lo sabéis, hay que tener cuidado de no caer en el mismo bucle de tópicos de siempre.
  • Las imágenes que nos recuerdan al relax y la diversión, son evidentemente, los que más llaman la atención en estas fechas. Es el momento de sacar las hamacas, las piñas, los flamencos, las colchonetas… y si encontramos algún motivo que rompa moldes, pues, ¡aún mejor!
  • Los diseños no se tocan, sino que entran por la vista. Pero eso no significa que las texturas no sean importantes. Por ello es importante renunciar a todo aquello que produzca más calor visual y optar por transmitir imágenes de materiales ligeros. Lino, algodón mimbre, caña… ¡Funcionan siempre!
  • No recarguemos demasiado los diseños. También eso podría producirnos una sensación de calor, agobio o estrés y ahuyentar a la clientela. Así que, recordad que, en verano, más que nunca, menos es más.

Esperamos que todas estas ideas os ayuden a poner vuestra marca en sintonía con una de las estaciones que más pasiones levantan, y que por cierto, ¡está cada vez más cerca!