En alguna ocasión anterior os hemos hablado de identidades gráficas tan poderosas y singulares que son capaces de marcar la imagen de una ciudad entera como es el caso de las de Nueva York o Londres. Pero nunca nos hemos parado a analizar la identidad gráfica de nuestra ciudad, Palma. ¿Qué carteles y tipografías encontramos aquí? ¿Determinan la personalidad de la capital mallorquina? ¿Qué impacto tienen entre los visitantes? Mencionamos los elementos más famosos y algunos que han pasado al olvido de la identidad gráfica de Palma.

Para empezar, uno de los puntos más emblemáticos del Paseo Marítimo, en lo que a identidad gráfica se refiere, es la escultura basada en la propia palabra Palma, de Llambías. En rojo, en mayúsculas y entre palmeras en el centro mismo del paseo. El blanco perfecto para los ‘selfies’ de los turistas y toda una autoafirmación de personalidad por parte de la ciudad.

Las placas de las calles ( los que vivís aquí ya lo sabéis) son sobrias, sencillas y uniformes. A diferencia de otros municipios mallorquines, que usan mosaicos de cerámica. Palma opta por placas blancas, compactas y cuadradas sobre las que resaltan letras negras o grises formadas a partir de hendiduras en la propia piedra.

En cuanto al transporte público, ni los autobuses ni el aún joven metro, se caracterizan por un diseño especialmente distintivo. Son tipografías fáciles de leer y que siguen una línea bastante standar si las comparamos con otras ciudades. La más recurrente es Londres con su famosos autobuses rojos. 

A nivel de comercios, hay algunos que por su antigüedad y solera, merecen una atención especial. Algunos protagonizan, incluso, postales como es el caso del mítico rótulo de la panadería y pastelería Es Forn des Teatre, en pleno centro de Palma o el conocido Bar Bosch.  Por otro lado, pero relacionado con el comercio, tenemos marcas o productos que por su formato y características también han sido imagen de nuestra ciudad, estamos hablando del conocido Sifón mallorquín o de la conocida marca de galletas Quely. 

Lamentablemente, muchos de estos comercios están desapareciendo. Sería muy bonito que los rótulos permanecieran de alguna forma en la memoria colectiva de la ciudad. En ese sentido, ya se han realizado algunas iniciativas como exposiciones para recordar los rótulos más emblemáticos de Mallorca.