Hay muchas formas de acompañar los textos de un libro. Pero sin duda, una de las más mágicas es la ilustración. Cuando mencionamos esta palabra son muchos los que piensan automáticamente en cuentos infantiles o libros de texto para los más pequeños, pero lo cierto es que también hay muchos libros destinados al público adulto que la utilizan.

Además, es relativamente habitual encontrarlas formando parte del diseño de carpetas y de todo tipo de material corporativo, así como en el mundo textil. Cada vez es más frecuente observar ilustraciones también en medios digitales, como páginas web o blogs, con los que no es, en absoluto, incompatible.

La ilustración nos abre un mundo de posibilidades, no solo en cuanto a temática, sino también a técnicas que se pueden utilizar.

Os dejamos un listado con algunas de las más tradicionales:

  • Acuarela. La vuelta a lo artesanal hace que esta técnica sea muy apreciada.
  • Tinta. El blanco y negro no es sinónimo de aburrimiento. En este caso, el grosor de la línea y la imaginación del ilustrador son determinantes a la hora de aportar matices.
  • Lápices de colores. Además de evocarnos nuestros años escolares, esta técnica nos permite realizar acabados con alto grado de detalle.
  • Pintura al óleo. Permite realizar ilustraciones muy realistas, por lo que es indicado para libros para adultos.
  • Collage. Funciona muy bien en creaciones tanto destinadas al público infantil como adulto. Llama poderosamente la atención y permite tantas combinaciones como podamos imaginar.
  • Técnicas digitales. Son tan amplias que constituyen toda una disciplina en sí misma. Aportan aire fresco al mundo de la ilustración. Cada vez son más los artistas que se animan a combinar técnicas manuales con digitales, mediante el uso de una tabla gráfica.

Estas son solo algunas de las técnicas que tenemos a nuestra disposición, aunque tal y como nos gusta decir siempre, los límites los pone tan solo la creatividad de los ilustradores.