La sinestesia se define como “la capacidad que tienen algunas personas de experimentar una modalidad sensorial particular a partir de estímulos de otra modalidad distinta”. Dicho de una forma más simple, hay quien puede oír colores, ver sonidos o  percibir sabores al tocar objetos. Y no, no es ciencia ficción, aunque eso sí, la literatura se ha hecho eco de este fenómeno. Como figura literaria, la sinestesia consiste en atribuir a un sentido cualidades distintas a las que le suponen.

Conscientes de que tan solo una minoría posee esta cualidad tan peculiar, nuestro objetivo como profesionales de la impresión es intentar que nuestro material impreso evoque siempre que sea posible sensaciones pertenecientes  a los cinco sentidos. Y os estaréis preguntando, ¿cómo se hace eso? ¿Cómo puede un impreso remitir a sensaciones más allá de las visuales?

Tacto:  Además de ser visual, un impreso también se toca con los dedos. Así que el tacto interviene de forma directa. Suavidad, grosor, textura del papel entran en la ecuación. Por otra parte, también os sonará eso de colores cálidos y fríos. La sensación que transmite el amarillo con respecto al azul es del todo evidente. Y, por supuesto, una impresión de alta calidad de una textura, ayudará a que podamos hacernos una buena idea, de cómo es su tacto.

Oído: También los sonidos nos aportan información sobre el papel. El ruido al pasar una página de un periódico o de una revista resultan perfectamente diferenciables. Al elegir un determinado papel es importante también que no sea demasiado ruidoso. Las imágenes de pájaros y notas musicales evocan la música.

Olfato: El papel perfumado existe.  Es el caso de algunas cartas, a las que un determinado aroma les aporta un toque extra de romanticismo. Lo podemos encontrar en algunas muestras de perfume en revistas. ¿Os imagináis poder incluirlo en un menú? Por descontado, las imágenes de flores nos evocan olores dulces.

Sabor: En cartas y menús la calidad de la fotografía puede contribuir sobremanera a que la fotografía de un delicioso postre, una ensalada fresca o una pizza recién salida del horno parezca traspasar el papel. Sí, con la vista también se puede saborear una comida.

Dicho esto, no podríamos despedirnos sin haceros la pregunta de rigor: ¿qué impresos os despiertan a vosotros los sentidos?